miércoles, 10 de junio de 2015
1. Cepillarse justo después de comer.
Lo ideal es esperar de 15 a
20 minutos, ya que el esmalte puede estar algo debilitado, especialmente si se
comió algo ácido. Pasado este tiempo, el ácido suele neutralizarse por la
saliva y el esmalte vuelve a estar apto para que el cepillado resulte
inofensivo.
2. Lavarse los dientes con mucha fuerza.
Las cerdas de los
cepillos, especialmente las más firmes, pueden llegar a dañar el esmalte. Ten
en cuenta que cepillarse con fuerza no limpiará mejor. Lo ideal es cepillar
siempre en movimientos verticales en los dientes y circulares en las muelas y
durante 3 a 4 minutos.
3. Morder lápices o plumas.
Una de las formas que
tienen algunos de desahogar el estrés es mordiendo los lápices o las plumas.
Evítalo si no quieres terminar con los dientes o el esmalte dañados.
4. Morderse las uñas.
Aunque la mayoría solo se percata del
daño que este mal hábito tiene en las uñas y cutículas, los dientes se llevan
la peor parte, pues a diferencia de las uñas, no vuelven a crecer. Las piezas
dentales frontales se llegan a astillar y desgastar si el hábito se prolonga
por mucho tiempo.
5. Usar los dientes como herramienta.
Hay quienes los usan
¡hasta como destapador! También he visto dientes y muelas astillados, fisurados
o fracturados por intentar aflojar tuercas, abrir tapas o apretar piezas como
las de las cadenas de joyería. También hay que evitar usarlos para cortar
empaques o hilo, parece algo muy simple, pero los dientes sufren desgaste.
6. Fumar.
Uno de los peores hábitos para los
dientes. La nicotina y otras sustancias tóxicas presentes en los cigarros tiñen el esmalte y lo debilitan, quedan manchas notorias y hacen vulnerables
los dientes a otros daños, además de causar gingivitis e incluso piorrea, que
puede causar pérdidas de piezas dentales. La sonrisa de un fumador nunca se
verá tan saludable como la de un no fumador.
7. Beber frecuentemente café, té oscuro o vino tinto.
Aunque no son tan dañinos como los
refrescos. Las bebidas con fuertes pigmentos como estas, van tiñendo los
dientes; la coloración resulta evidente después de consumirlos de forma
habitual. Evita beberlos diariamente y recuerda lavarte los dientes de 15 a 20
minutos después de consumirlos para reducir las consecuencias al mínimo.
8. Comer muchos caramelos.
El azúcar es uno de los peores enemigos
de los dientes. La cantidad presente en los caramelos resulta una bomba de
ataque dental, además, crea PH ácido en la boca, ideal para que las caries
proliferen. Evita en especial los caramelos chicle y/o gomitas.
9. Apretar o rechinar los dientes.
A esto se le denomina
bruxismo y trae serias consecuencias para la dentadura. Los dientes se
desgastan, se fisuran, se astillan o se mueven de lugar. Si has notado que
aprietas o rechinas los dientes, infórmaselo a tu odontologo para que busquen
una solución, muchas veces una guarda o protector dental para dormir puede ser
suficiente.
10. Beber refrescos.
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